por Celia Sierra
Fotografías familiares, entrevistas, retratos y testimonios dibujan un retrato minucioso, íntimo y complejo del pintor británico en “Lucian Freud: A life“, una biografía firmada por Mark Holborn y David Dawson, su ayudante y heredero.
La publicación de esta obra (Phaidon, 2019) coincide con la inauguración de una exposición en la Royal Academy of Arts en Londres de sus autorretratos y llega un año después de la publicación de un libro objeto doble sobre la obra del pintor.
Creado en estrecha colaboración con el Archivo Lucian Freud, la biografía está dividida cronológicamente, por décadas, en un viaje que comienza en Alemania, que abandonó junto a su familia huyendo de los nazis y rastrea sus años de juventud, el desarrollo desigual de su carrera, y el éxito de sus últimos días.
Nieto del fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, el artista está considerado como uno de los mejores retratistas del siglo XX y principios del siglo XXI, con una obra marcada por un fuerte componente psicológico.
“Mi madre dijo que mi primera palabra fue ‘alleine’, que significa ‘a solas'”, recoge una de las citas incluidas en la autobiografía, que a lo largo de su vida hizo retratos de manera compulsiva, tanto a él como a otras personas.
Freud se obsesionó con los retratos, el suyo y el de otras personas; solo pintaba a las personas que quería, dedicaba 12 meses a cada pieza y siempre buscaba la individualidad de cada persona y cada cuerpo.
Sentía una fuerte atracción por los cuerpos desnudos, que plasmaba a través de las carnes plegadas, fofas, en tonos crudos y sin piedad.
“Me interesa la faceta animal de la gente. Una parte de mi gusto por los retratos desnudos viene de ahí -reconocía-. Así puedo ver más, es apasionante ver las formas repetirse a lo largo del cuerpo (….). Me gusta que la gente parezca tan natural y física como un animal”.
El libro recoge instantáneas de Freud tomadas por celebridades como Cecil Beaton, Clifford Coffin, Lord Snowdon y Brassa. En otras aparece junto a algunos de sus modelos más celebres como la Reina Isabel II, David Hockney o Francis Bacon.
Con Francis Bacon compartió una fuerte amistad y siempre reconoció que fue muy influyente en su trayectoria. “La manera libre de pintar de Francis me ayudó a ser más atrevido”, explicaba el artista. La publicación incluye 18 cuadros de Freud sobre la obra de Bacon.
“Quiero que un cuadro funcione como la piel. Mi idea del retrato viene de la insatisfacción con lo retratos que se parecen a la gente. Quiero que mis cuadros sean sobre las personas, no como ellas”, recoge la publicación.
El libro incluye 150 ilustraciones de la obra de Freud, acompañada por textos que explican el marco histórico en el que vivió y trabajó. Entre los textos se encuentran una entrevista con Leigh Bowery, un protagonista habitual de sus cuadros, y un texto de Rose Boyt, su hija.
La biografía está firmada por el escritor Mark Holborn y David Dawson, quien durante mucho tiempo fue director del estudio de Freud y del Archivo Lucian Freud. El año pasado visitó Madrid con motivo de la presentación del doble volumen que reúne la obra del artista.
“Freud amaba la carne y la piel, incluso la piel de los perros y veía a las personas como si llevaran un animal dentro”, explicaba Dawson en el Museo Thyssen de Madrid, que prepara una gran exposición del artista para 2020.
La obra de Freud, enigmática y compleja como su propio carácter, es una de las más valoradas del mercado actual.
En junio de 2018 uno de sus retratos alcanzó el récord de 22 millones de libras (25 millones de euros/28 millones de dólares).
“No me asusta la muerte, sino que perdure mi trabajo”, solía decir.
EFE.